Les voy a hablar de uno de los mejores jugadores de la historia de Serbia. El genial Dragoslav Sekularac.
Sekularac fue un futbolista yugoslavo (en esa época, Serbia era una de las repúblicas socialistas yugoslavas) de los años 50, 60 y 70. Jugaba como interior (lo que hoy en día se conoce como mediapunta). Era diestro, pero manejaba de maravilla la pierna izquierda. Tenía mucho talento en sus botas. Era capaz de regatear a diestro y siniestro, con muchísima facilidad, con quiebros espectaculares que dejaban tirado al contrario. Tenía mucha clase en sus botas, conduciendo el balón con maestría y moviéndolo con ambas piernas, pudiendo esconder la pelota con suma facilidad. Tenía una enorme visión de juego, dando numerosas asistencias. Era muy inteligente sobre el césped, llevando el tempo del juego con jerarquía y elegancia. Y no queda ahí la cosa, sino que también era muy veloz, que sumado a su gran habilidad, le hacían imposible de defender. No hay que olvidar también, que se sacrificaba en tareas defensivas. Un jugador fabuloso y de fantasía.
Empezó su carrera, en uno de los equipos mas importantes de Serbia y de Yugoslavia, el Estrella Roja en 1955. Sería un fijo en el conjunto rojiblanco y su gran estrella. Dominaría el país de los "eslavos del sur", conquistando la Liga de Yugoslavia de 1956, 1957, 1959, 1960 y 1964, mas la Copa de Yugoslavia de 1958, 1959 y 1964. Tras ganarlo todo allí y ser la gran estrella de su país, el gobierno de Tito le permitió irse al extranjero con 28 años de edad, que es la edad que los países del bloque comunista, decidían liberar a quien deseara irse al extranjero y de esta manera asegurarse su mejor rendimiento en sus países. Antes de que nadie se eche las manos a la cabeza, voy a decir que era una práctica habitual de muchos países de la época, como por ejemplo hicieron con Pelé en Brasil o Eusebio en Portugal, por poner dos casos importantes.
Ya libre de ataduras se marchó a Alemania Federal, para fichar por el Karlsruhe en 1966. Allí jugaría unos pocos meses, pasando sin pena, ni gloria. Decidiría probar suerte en Estados Unidos, donde podría ganar bastante dinero, para fichar por el Saint Louis en 1967. Después de su experiencia en "la tierra de las oportunidades", retornaría a Yugoslavia y mas concretamente a la capital Belgrado, pero esta vez no para jugar en su equipo del alma, sino en el OFK en 1968. Allí jugaría un año a buen nivel y decidiría volver al continente americano en 1969 , pero esta vez elegiría un destino muy distinto, Colombia. En el país "cafetero" jugaría durante cinco años, repartidos en el Santa Fe, Atlético Bucaramanga, Millonarios y América de Cali. Lejos de sentirse incomodo en un país extranjero, muy distinto al suyo, se adaptó a la perfección y cuajó excelentes actuaciones para deleite de los aficionados colombianos, que se quedaban alucinados con su clase, sus pases, sus regates, en definitiva, con su impresionante talento. De hecho lo apodarían el "Pelé blanco". Hay que decir que es una pésima comparación, porque son futbolistas que no se parecen en nada, pero ya sabemos como son las comparaciones mediáticas. Yo me he permitido el lujo de compararlo con Luis Suárez, la gran leyenda española, que llegó a ganar el Balón de Oro en 1960, porque estos dos, aún no siendo iguales, si que se parecen bastante. Después de recibir todo el cariño de los colombianos y quedar como un mito allí, volvió a Europa para enrolarse en las filas de Paris FC en 1975, en donde se retiraría del fútbol, a la edad de 38 años.
En la selección yugoslava jugaría los Juegos Olímpicos de 1956, en los que ganarían la medalla de plata, tras caer derrotados en la final ante la Unión Soviética de Yashin y Streltsov. El Mundial de 1958, en el que se eliminarían en cuartos de final, a manos de la RFA (República Federal Alemana o Alemania Occidental). La Eurocopa de 1960, en la que los "plavi" serían segundos, tras perder la final contra la URSS de Yashin (ya no estaba Streltsov). Y su último torneo sería el Mundial de 1962, en el que quedaría en cuarta posición, tras perder la final de consolación, ante la anfitriona y sorprendente Chile.
Dragoslav Sekularac es uno de los mejores jugadores de la historia de Serbia y Yugoslavia, junto a Stojkovic, Dzajic, Vasovic y Vidic. Por ende, es el mayor mito del Estrella Roja junto a Dzajic. Un jugador no muy conocido, pero que era todo un fenómeno sobre el césped. Como se suele decir, de esos futbolistas que merecen pagar una entrada.
Un jugador muy completo en la cancha, con gran disciplina y buen equipo en juego.
ResponderEliminarGran jugador.