viernes, 6 de septiembre de 2019

MATTHIAS SAMMER, EL SORPRENDENTE BALÓN DE ORO DE 1996




Les voy a hablar del ganador del Balón de Oro de 1996, Matthias Sammer.

Matthias Sammer fue un futbolista alemán, de los años 80 y los 90. Jugaba de centrocampista, actuando como mediocentro defensivo y en su madurez pasó al puesto de líbero, posición en la que llegó a lo mas alto. Era una especie de Matthäus, pero sin llegar al nivel estelar de Lotthar. Tenía una potencia descomunal y un fondo físico inagotable, siendo capaz de no parar de correr durante los 90 minutos. Tenía una zancada alucinante, que en cuanto se ponía en marcha, se plantaba arriba en cuestión de pocos segundos. Esto unido a una fuerza descomunal, que le hacían imparable tanto en defensa, como en ataque. Tenía un disparo fortísimo con ambas piernas, aunque era diestro. Defendía a la perfección, con una limpieza brillante a la hora de robar el balón, aunque cuando tenía que emplear la fuerza, la empleaba sin consideración, pero sin juego sucio. Y por supuesto un carácter fortísimo y un liderazgo soberbio, que le hacían tirar de cualquier equipo. No obstante, fue un gran capitán. Jamás daba un balón por perdido y entregaba su vida en todos los partidos. Uno de los mejores jugadores alemanes de su época y uno de los mejores del mundo en su puesto.

Sammer empezó su carrera en la RDA (República Democrática Alemana), que era la Alemania Oriental, la que estaba en el bloque comunista. Debutó en el Dinamo de Dresde en 1985, que era el equipo de la Stasi (la policía secreta), que obligaba a los mejores jugadores de la Alemania del Este, a enrolarse en sus filas, como era habitual en los equipos que pertenecían a las policías secretas y al ejército, de todos los países comunistas. En la mítica ciudad de Dresde (que tuvo la famosa revolución liberal, que no llegó a ningún lado, en la que participaron el anarquista ruso Mikhail Bakunin, que fue arrestado, y el maravilloso compositor de óperas Richard Wagner, que tuvo que huir de Alemania, para años mas tarde volver) jugaría Sammer, junto a otra gran leyenda, el delantero Ulf Kirsten. Allí ganaría la Oberliga de 1989 y 1990, mas la Copa de la RDA en 1990. Tras el fin del socialismo en toda Europa, la caída del muro de Berlín y la autodeterminación de muchos países (en realidad esto sería un poco mas tarde), Alemania Oriental hizo el camino inverso y se anexionó (mejor dicho la anexionaron) a la RFA (República Federal Alemana o Alemania Occidental), con su capitalismo, además Helmut Kohl, prácticamente la uso como una colonia, cogiendo sus riquezas (mejor dicho, sus mejores productos, materias primas, inventos y demás) y pasándolas al oeste, al norte y a Baviera. Dicho esto, Sammer ficharía por el Stuttgart en 1990, mientras que Kirsten ficharía por el Bayer Leverkusen, donde se convertiría en mito, pero esta es otra historia.

Sammer jugaría dos temporadas en la ciudad de la Mercedes, en las que sorprendentemente ganaría la Bundesliga en 1992, con Christoph Daum como entrenador y con Buchwald y Gaudino como compañeros mas destacados. Este inesperado éxito y el grandísimo rendimiento de Sammer, llamaría la atención de la mejor liga del mundo, en aquella época, la Serie A, fichando por el Inter de Milán en 1992. Allí sería titular indiscutible, pero como no se adaptaba ni a la ciudad, ni al país, pidió ser traspasado en el mercado invernal y volver a Alemania en enero de 1993, fichando por el Borussia Dortmund. En Dortmund es donde se convertiría en mito y en uno de los mejores del mundo en su puesto, que pasaría a jugar de líbero, ya que anteriormente lo había hecho como centrocampista. Jugaría cinco temporadas y media a un nivel sublime, siendo una de las grandes estrellas del equipo. De la mano de Ottmar Hitzfeld armarían un equipo irrepetible, que lograría los mejores resultados de su historia. Con jugadores como Andy Möller, Chapuisat, Riedle, Reuter, Klos y el propio Sammer, lograrían adjudicarse la Bundesliga de 1995. En la temporada siguiente se reforzarían con Heinrich, Kohler, mas las irrupciones de Freund y Ricken, que ya estaban en el equipo, pero que no habían contado en demasía hasta entonces y lograría ganar otra vez la Bundesliga en 1996. En la siguiente temporada se marcharía Freund, pero traerían en su lugar a Paulo Sousa y Lambert, que unidos a los que ya estaban, conseguirían la proeza de lograr la Liga de Campeones de 1997, al derrotar a la Juventus. En la siguiente temporada Sammer sufriría una grave lesión, de la que no se pudo recuperar, obligando a su retirada prematura en 1998, con tan sólo 30 años de edad.

Jugaría con las dos Alemanias. Con la RDA jugaría desde 1986 a 1990, coincidiendo con Kirsten. Ya con la Alemania reunificada, jugaría el Mundial de 1990, en la que National Mannschaft sería campeona. La Eurocopa de 1992, en la que los germanos serían segundos, tras caer en la final, ante la Dinamarca de Brian Laudrup y Schmeichel. El Mundial de 1994, en el que los teutones serían eliminados en cuartos de final, ante la mejor Bulgaria de la historia. Y la Eurocopa de 1996, en la que serían campeones, tras derrotar en la final a la República Checa, que fue la sorpresa del torneo. Este torneo sería el que encumbraría a Sammer, que aprovechando la ausencia de Matthäus, se convirtió en el líder de su equipo, siendo además uno de los mejores jugadores del torneo, consiguiendo meses mas tarde el sorprendente Balón de Oro en 1996.
Sammer jugó en su carrera en la selección, con jugadores de la talla de Illgner, Köpke, Kohler, Helmer, Reuter, Brehme, Matthäus, Augenthaler, Buchwald, Berthold, Littbarski, Hässler, Möller, Thon, Völler, Klinsmann, Riedle, Effenberg, Strunz, Babbel, Basler y Ziege. Casi nada al aparato.

Sammer fue un futbolista extraordinario, siempre a la sombra de Matthäus, pero es que al jugar en la misma posición, tenían que convivir estos dos fenómenos, pero claro está, que el pelirrojo era uno de los mejores jugadores del mundo en su puesto. Así que sorprendió su balón de oro, pero una vez que te paras a analizar y ves su maravilloso rendimiento, te das cuenta de que es totalmente merecido. Una pena que con mucha carrera por delante y en su cenit, le llegase la maldita lesión, que nos privó de disfrutar de él varias temporadas mas. Es claramente, uno de los mejores futbolistas de la historia del Borussia Dortmund. 

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