Les voy a hablar del mejor portero de la historia de Hungría y uno de los mejores guardametas de la historia del fútbol. El gran Gyula Grosics,
Gyula Grosics fue un futbolista húngaro, de finales de los años 40, la década de los 50 y los dos primeros años de la década de los 60. Jugaba de portero. Poseía una asombrosa agilidad, capaz de llegar a cualquier balón, por alto o por bajo y por muy imposible que pareciera atajarlo. Era tremendamente seguro, todo un cerrojo entre palos. También tenía reflejos felinos. Precisamente por esta cualidad y por vestir de negro siempre, le apodaron la "Pantera Negra". No solo era un porterazo, sino que además era un arquero muy novedoso, ya que fue el primer portero-líbero de la historia.
Grosics nació en un pueblo llamado Dorog. Ya desde pequeñito tenía las ideas muy claras y hacía lo que creía mas conveniente, independientemente de que no gustara sus decisiones. Sus padres querían que ejerciera el sacerdocio, ya que veían un futuro prometedor en esta "profesión", debido a que eran una familia bastante pobre. Pero al joven Gyula no le dio la gana y se dedicó a lo que mas le gustaba, el fútbol. Siendo un juvenil, mientras jugaba en el Dorogi Banyasz, que era el equipo de su pueblo, le tocó irse a la guerra. Y es que en Hungría había un dictador fascista, llamado Miklos Horthy y como es lógico, se convirtió en colaboracionista del régimen nazi. Con lo cual Grosics estuvo en el frente, luchando contra los aliados y defendiendo los regímenes fascistas. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del nacionalsocialismo alemán, se fragmentó Europa en dos mitades. La izquierda para el bloque capitalista y la derecha para el bloque comunista. Y es que la Unión Soviética fue avanzando por el este de Europa, hasta llegar a Berlín. Por consiguiente, cualquier dictador fascista que estuviera en el bloque comunista, sería automáticamente fusilado, así que Horthy en cuanto vio que los soviéticos llegaban a Budapest, se dio a la fuga.
El régimen de Horthy fue eliminado, cambiándolo por un estado socialista, pasando a ser un estado satélite de la URSS. Grosics de ideología conservadora, no tuvo mas remedio que hacerse a la idea y llevarlo lo mejor posible. Seguiría jugando en Dorog hasta el año 1947. En tres años pasaría por dos equipos mas, hasta que en 1950, ficha por el Honved de Budapest, que era el equipo del ejército de Hungría. En el equipo de Kispest, un barrio de Budapest, es donde se haría un mito y el mejor portero del mundo. Era un plantel maravilloso, formado por Puskas, Bozsik, Czibor, Kocsis y Budai, que ganaría la Liga húngara de 1950, 1952, 1954 y 1955. A parte de la competición doméstica, jugaría en Europa un partido amistoso, contra el Wolverhampton Wanderers en 1954, en el estadio Moulineux de Inglaterra. Este partido lo ganaron de calle los ingleses, debido a que regaron en demasía el césped, beneficiando así el juego directo inglés y perjudicando el juego de toque y preciosista de los húngaros. También jugaría la Copa de Europa en 1956, cayendo en los octavos de final, contra el Athletic Club de Bilbao. Pero no todo fue maravilloso en el equipo del ejército, donde su máximo rival era el MTK de Budapest, el equipo de la policía secreta. Vamos con lo turbio.
Y es que Grosics era un intelectual empedernido, muy alejado de los parámetros del futbolista, al que solo le importa el deporte, el dinero y divertirse. Grosics leía muchísimo y tenía su ideología muy marcada y resulta que no tenía nada que ver con la política llevada por el bloque del este. Y es que Grosics no era de izquierdas, tenía que aceptar a regañadientes el socialismo en su país. El se sentía mas a gusto en la época de Horthy. Y los servicios de inteligencia húngaros, lo vigilaban continuamente, por si "traicionaba" al comunismo, ejerciendo de espía para el bloque capitalista. Y le dejaban, le dejaban y le dejaban, hasta que un día cambió todo. Con la derrota de Hungría en el Mundial de 1954, que ya explicaremos mas adelante, la policía secreta se tomó su venganza con Grosics. Le detuvieron y lo juzgaron. El veredicto fue espionaje y alta traición, derivando en el arresto domiciliario. Allí estuvo el pobre Grosics, que no había hecho nada, pero el régimen tuvo que coger una cabeza de turco y el idóneo era el conservador Grosics. Tras un año se demostró que no había ninguna prueba y fue puesto en libertad.
Ahí vemos a Grosics (segundo por la izquierda), jugando al ajedrez, junto a otros compañeros de la selección húngara.
Después de todo el problema, Grosics hartó de los "teje manejes" del servicio secreto, pidió a la directiva del Honved ser traspasado al Ferencvaros, del que era aficionado, ya que dicho equipo siempre ha estado ligado a la derecha en Hungría. Obviamente el gobierno no podía permitir, que un "peligroso individuo" como Grosics, se marchara a los "enemigos" del socialismo. Y no se lo permitieron. Además entró en juego la Revolución húngara, que quería hacer su propio socialismo, al igual que Yugoslavia y Alemania Oriental y desligarse de la URSS. Pero Khruschov no lo permitió, iniciando la contrarrevolución, masacrando la revuelta y dando al traste con las reformas propuestas por Imre Nagy, que fue ejecutado ipsofacto.
Durante la Revolución, Grosics cobijó en su domicilio a los insurrectos, partidarios de Nagy, ya que estaba en contra del comunismo y todavía más del bolchevismo. Este despropósito, que costaría muchas vidas, daría al traste con el Honved y la selección húngara, ya que se fugaron Puskas, Kocsis y Czibor. Pero el "rebelde peligroso" Grosics, permaneció fiel a su país. Ficharía por un equipo humilde, que luchaba por no descender, como el Tatabanya Banyasz en 1957. Allí jugaría hasta 1962, año en el que se retiraría del fútbol, a la edad de 36 años.
Con la selección de Hungría jugaría los Juegos Olímpicos de 1952, en el que el mundo descubría a los "Magyares Magníficos", que se llevaron el oro, al derrotar a Yugoslavia. Después de dicho torneo, se celebraría uno de los partidos mas famosos de todos los tiempos, el Inglaterra-Hungría de 1953, en el que el "Aranycsapat" borraría del mapa a los anglosajones, derrotándolos por 3-6. Luego habría revancha en Budapest y todavía fue mas humillante para Inglaterra, ya que cayeron por 7-1.
Llegarían al Mundial de 1954, siendo los mejores del mundo, pero en la final caerían ante la RFA (República Federal Alemana o Alemania Occidental), en el llamado "Milagro de Berna", siendo subcampeones.
Este sería el fin de este mítico equipo. Para una información mas detallada, de como jugaban, quienes integraban el plantel y quien era el entrenador, os invito a leer mi artículo sobre Gusztav Sebes, que aquí os adjunto. https://amoelfutboldeantes.blogspot.com/2019/01/gusztav-sebes-y-el-futbol-socialista.html
Con el equipo partido por la fallida revolución de Hungría, Grosics jugaría algunos torneos mas. El Mundial de 1958, en el que se eliminarían en primera fase, tras estar en el mismo grupo que Suecia, Gales y México. Y su último torneo sería el Mundial de 1962, con una generación nueva, comandada por Florian Albert, que llegarían a los cuartos de final, cayendo ante Checoslovaquia. Antes de eso habían sido primeros de grupo, por delante de Inglaterra.
Aquí mostrando su agilidad en las estiradas
Estatua en su honor
Mirando unos negativos, junto a una de las grandes estrellas de Hungría, Nandor Hidegkuti.
Gyula Grosics no lo pasó bien en su vida, pero mirando atrás, la vida le sonrió porque llegó a ser una gran estrella de su país y del fútbol. No obstante, esto le sirvió para salvar su vida, debido a su ideología política y a ser un intelectual. Como curiosidad hay que decir, que su sueño se convirtió en realidad. Y es que por fin pudo jugar con el Ferencvaros, en 2008, con 82 años de edad. Fue un partido amistoso contra el Sheffield United. Justo al comienzo del partido, aguantaron 30 segundos, para que Grosics pudiera ejercer como portero, en el equipo de sus sueños.
Gyula Grosics dejó una marca duradera en el fútbol por su talento y su carácter. Su postura desafiante frente al régimen comunista añade una capa de complejidad a su legado, mostrando cómo los atletas pueden ser influyentes tanto en sus campos de juego como en sus vidas personales y políticas. Su valentía y compromiso con sus principios, junto con su habilidad en el fútbol, hacen de él una figura destacada en la historia del deporte y la política.
ResponderEliminar