Les voy a hablar de un entrenador brasileño que pasó a la historia del fútbol, no por sus títulos, sino por su amor por el fútbol de toque. El gran Telé Santana.
Telé Santana fue un entrenador brasileño, de los 70, 80 y 90. Tuvo una gran carrera como futbolista, jugando como extremo derecho en el Fluminense, en el que jugó desde 1951 hasta 1960, luego pasaría por el Guaraní desde 1960 a 1962 y terminaría su carrera en el Vasco da Gama en 1963. Se pondría a entrenar en 1967, cuando se hizo cargo de los juveniles del Fluminense, el equipo donde había sido estrella. En 1969 se hizo cargo del primer equipo. A partir de ahí se convertiría en trotaclubes, pasando por Fluminense (1969-1970), Atlético Mineiro (1970-1972), Sao Paulo (1973), Atlético Mineiro (1973-1975), Botafogo (1976), Gremio (1976-1978) y Palmeiras (1979-1980), ganando títulos con Fluminense y Atlético Mineiro.
Pero cuando se va a hacer grande de verdad, pasando a la historia de los banquillos, es cuando recibe la llamada para hacerse cargo de la selección brasileña en 1980. Su misión era devolver a la seleçao a lo mas alto, pero no lo consiguió, ya que en el Mundial de 1982, serían eliminados en la segunda fase de grupos, que dirimía quién serían los semifinalistas. En dicho grupo se enfrentó a Italia y Argentina. Su "pecado" fue el "jogo bonito", que lo implantó sin modificar nada el guión, dependiendo del resultado que se diera. Y es que en el último partido de la segunda fase de grupos, le enfrentaría a Italia, que le ganó 3-2. Si los cariocas hubieran empatado ese partido, se hubieran clasificado, pero Telé Santana mando a sus muchachos al ataque, para buscar la victoria a toda costa y le salió mal la jugada. Eso si, dejó para el recuerdo de la historia del fútbol, el maravilloso fútbol desplegado por los brasileños, que dejaron boquiabiertos a todo el mundo que vio ese Mundial, con su toque permanente, paredes continuas y juego ofensivo. Un equipo maravilloso que contaba con futbolistas de la talla de Zico, Falcao, Sócrates, Eder, Junior y Toninho Cerezo, entre otros.
Después de la decepción mundialista dejó la selección y se marchó al Golfo Pérsico a buscar tranquilidad y petrodolares. Aterrizaría en Arabia Saudí, donde ficharía por el Al-Ahli, al que entrenaría desde 1983 a 1985. Entonces volvió a ser reclamado en Brasil, para volver a dirigir a la verde amarela en el Mundial de 1986. En este torneo misma historia, un juego preciosista, pero no llegaría ni a semifinales, cayendo en cuartos de final ante Francia. Hay que decir que en este torneo tenía las bajas de Eder y Toninho Cerezo, pero entraron nuevos futbolistas como Branco, Careca, Muller y Casagrande. A partir de este torneo, ya no volvería nunca mas a la selección brasileña. Pero el destino le tenía guardado otra gran época de fútbol y esta vez sí de títulos.
Entrenaría a Atlético Mineiro (1987-1988), Flamengo (1988-1989), Fluminense (1989) y Palmeiras (1990). En 1990 ficharía por el Sao Paulo, sin saber que volvería a hacer historia. Un equipo formado por jugadores de la talla de Cafú, Toninho Cerezo (este se incorporó en julio de 1992), Muller, Zetti y Raí (hermano de Sócrates), que se erigió en el líder de los paulistas. Este equipo dominaría Brasil y también Sudamérica, ganando la Libertadores de 1992 y 1993. Pero sus mayores éxitos fueron los que le encumbraron, al Olimpo de equipos históricos, al ganar dos Copas Intercontinentales consecutivas. La primera en 1992, derrotando al Barça y la segunda en 1993 (con Toninho Cerezo ya) al Milan. Un equipo que nadie se imaginaba que llegaría tan alto, derrotando a los dos mejores equipos del mundo. Y todo eso fue gracias a Telé Santana, que lo moldeó a su imagen y semejanza. Ya no llegarían mas éxitos y tuvo que dejar el Sao Paulo y los banquillos en 1996, por culpa de problemas cardiovasculares, que con el tiempo derivarían en la amputación de una pierna y en su posterior muerte en 2006.
Telé Santana es claramente uno de los mejores entrenadores de la historia de Brasil, porque aunque no consiguiera demasiados títulos en su carrera, dejó un legado y una forma de entender el juego, siempre mediante el toque y el ataque, que pasó a la historia. Y eso es muy difícil, porque lo que se recuerda casi siempre son los títulos. Uno de los últimos románticos del balompie.
Pero cuando se va a hacer grande de verdad, pasando a la historia de los banquillos, es cuando recibe la llamada para hacerse cargo de la selección brasileña en 1980. Su misión era devolver a la seleçao a lo mas alto, pero no lo consiguió, ya que en el Mundial de 1982, serían eliminados en la segunda fase de grupos, que dirimía quién serían los semifinalistas. En dicho grupo se enfrentó a Italia y Argentina. Su "pecado" fue el "jogo bonito", que lo implantó sin modificar nada el guión, dependiendo del resultado que se diera. Y es que en el último partido de la segunda fase de grupos, le enfrentaría a Italia, que le ganó 3-2. Si los cariocas hubieran empatado ese partido, se hubieran clasificado, pero Telé Santana mando a sus muchachos al ataque, para buscar la victoria a toda costa y le salió mal la jugada. Eso si, dejó para el recuerdo de la historia del fútbol, el maravilloso fútbol desplegado por los brasileños, que dejaron boquiabiertos a todo el mundo que vio ese Mundial, con su toque permanente, paredes continuas y juego ofensivo. Un equipo maravilloso que contaba con futbolistas de la talla de Zico, Falcao, Sócrates, Eder, Junior y Toninho Cerezo, entre otros.
Después de la decepción mundialista dejó la selección y se marchó al Golfo Pérsico a buscar tranquilidad y petrodolares. Aterrizaría en Arabia Saudí, donde ficharía por el Al-Ahli, al que entrenaría desde 1983 a 1985. Entonces volvió a ser reclamado en Brasil, para volver a dirigir a la verde amarela en el Mundial de 1986. En este torneo misma historia, un juego preciosista, pero no llegaría ni a semifinales, cayendo en cuartos de final ante Francia. Hay que decir que en este torneo tenía las bajas de Eder y Toninho Cerezo, pero entraron nuevos futbolistas como Branco, Careca, Muller y Casagrande. A partir de este torneo, ya no volvería nunca mas a la selección brasileña. Pero el destino le tenía guardado otra gran época de fútbol y esta vez sí de títulos.
Entrenaría a Atlético Mineiro (1987-1988), Flamengo (1988-1989), Fluminense (1989) y Palmeiras (1990). En 1990 ficharía por el Sao Paulo, sin saber que volvería a hacer historia. Un equipo formado por jugadores de la talla de Cafú, Toninho Cerezo (este se incorporó en julio de 1992), Muller, Zetti y Raí (hermano de Sócrates), que se erigió en el líder de los paulistas. Este equipo dominaría Brasil y también Sudamérica, ganando la Libertadores de 1992 y 1993. Pero sus mayores éxitos fueron los que le encumbraron, al Olimpo de equipos históricos, al ganar dos Copas Intercontinentales consecutivas. La primera en 1992, derrotando al Barça y la segunda en 1993 (con Toninho Cerezo ya) al Milan. Un equipo que nadie se imaginaba que llegaría tan alto, derrotando a los dos mejores equipos del mundo. Y todo eso fue gracias a Telé Santana, que lo moldeó a su imagen y semejanza. Ya no llegarían mas éxitos y tuvo que dejar el Sao Paulo y los banquillos en 1996, por culpa de problemas cardiovasculares, que con el tiempo derivarían en la amputación de una pierna y en su posterior muerte en 2006.
Telé Santana es claramente uno de los mejores entrenadores de la historia de Brasil, porque aunque no consiguiera demasiados títulos en su carrera, dejó un legado y una forma de entender el juego, siempre mediante el toque y el ataque, que pasó a la historia. Y eso es muy difícil, porque lo que se recuerda casi siempre son los títulos. Uno de los últimos románticos del balompie.
Maestro de maedtros Tele Santana, imposible olvudar como jugaban los equipps wue dirigio, aun recuerdo como llore cuando Brasil pierde ante Italia en España 82, pero ante los ojos del mundo ese Brasil fuel el verdadero campeon, grande Tele Santana
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