viernes, 1 de febrero de 2019

LUIS ARAGONÉS, EL ZAPATONES




Les voy a hablar de un mito del Atlético de Madrid y del fútbol español, tanto como jugador y como entrenador.

Luis Aragonés es muy conocido por su faceta de entrenador, así que ahora nos centraremos en su faceta de futbolista.

Fue un futbolista español, de finales de los años 50, la década de los 60 y los cuatro primeros años de la década los 70. Jugaba como interior, lo que hoy en día se conoce como mediapunta. Tenía una gran visión de juego, con la que daba pases en corto y en largo y magistrales asistencias. No sólo tenía visión de juego, sino que poseía una clase sublime, con la que movía el balón elegantemente y lo protegía a la perfección, siendo casi imposible quitárselo. Era diestro, aunque se defendía con la pierna izquierda. Precisamente su pierna derecha era de seda y a parte de dar asistencias teledirigidas, fue uno de los mejores lanzadores de tiros libres de la historia, por lo menos de España. Y si no fuera suficiente, era un goleador. Era un futbolista totalmente cerebral, jamás se complicaba, jugando fácil y efectivo. Leía el fútbol como nadie y dirigía con su fútbol y su carácter a sus compañeros dentro del terreno de juego. No extraña que luego fuera un entrenador de élite. Un futbolista sensacional, que no acaparaba focos, pero que era indispensable.

Empezó su carrera en el Getafe en 1957. Allí jugaría una temporada, llamando la atención del Real Madrid, que lo ficharía en 1958. Hay que recordar que los merengues tenían un super equipo en aquella época y por consiguiente no tendría sitio en el primer equipo. Así que sería cedido a equipos de Segunda División, al poco de fichar por el Madrid, con destino Huelva. En el Recreativo jugaría una temporada, en 1959 al Hércules y en 1960 al Plus Ultra. En este último juega unos pocos partidos y se marcha cedido a los pocos meses al Oviedo, que jugaba en Primera División. Allí juega hasta final de temporada y lo contrata el Betis en 1961, dejando de pertenecer por fin al Real Madrid, en el que no tenía hueco. En el conjunto verdiblanco seguiría afianzando su juego, para convertirse en un futbolista contrastado. Tras tres temporadas, ya estaba preparado para jugar en un grande.

Ficharía por el Atlético de Madrid en 1964. En el conjunto colchonero jugaría diez temporadas, convirtiéndose en mito. Llegaba a un fenomenal equipo con gente como Collar, Adelardo, Ufarte, Mendonça y Griffa. Su primera temporada fue espectacular, convirtiéndose en una de las estrellas, con un juego sensacional, siendo el timón del equipo y colaborando en el apartado goleador, como de costumbre. Ganarían la Copa del Generalísimo de 1965, en Liga quedarían en segunda posición y en la Copa de Ferias llegarían a la semifinal, en la que caerían contra la Juventus. La temporada siguiente fue aún mejor, ganando la Liga de 1966. En la Recopa de Europa llegarían a cuartos, donde serían eliminados por el sorprendente Borussia Dortmund, que sería el campeón del torneo. La campaña siguiente sería bastante mala, ya que serían eliminados en octavos de final de la Copa de Europa, a manos de la Vojvodina y en la Liga finalizarían en cuarta posición. Se marchó Mendonça, siendo sustituido por Gárate, pero el equipo se resintió haciendo una temporada pésima, ya que cayeron a las primeras de cambio de la Copa de Ferias y en Liga quedaron en sexta posición. En la campaña siguiente se hundirían aún mas y eso que habían fichado a Irureta. La campaña 69-70 significó el adiós a la leyenda y capitán Enrique Collar, pero pese a despedir a la que había sido su grandísima estrella, se entorcharían el título de Liga. De la vieja guardia sólo quedaban Ufarte, Adelardo y Luis, que unidos a los jóvenes Irureta y Gárate completaban un gran equipo, que llegaría a las semifinales de la Copa de Europa de 1971, cayendo ante el todopoderoso Ajax. Mientras que en Liga, a punto estuvieron de alzarse con el título de liga, pero al final quedaron terceros.

En la siguiente campaña harían el ridículo en la Copa de la Uefa, pero lo remendaron ganando la Copa del Generalísimo de 1972. En la siguiente temporada volverían los éxitos, ganando otra vez la Liga de 1973. En la Recopa de Europa se eliminarían en octavos de final, a manos del Spartak de Moscú. En la campaña 73-74, se ficharía para la portería a Miguel Reina, que ayudaría a los rojiblancos a quedar en segunda posición en Liga. Pero lo grandioso lo realizaron en la Copa de Europa, al meterse en la final, en la que a punto estarían de alzarse con el título, tras un golazo de tiro libre de Luis Aragonés. Pero el Bayern remontó con un tanto de Schwarzenbeck y el partido finalizó en empate a 1. Como no había tanda de penaltis, se jugaría un "replay", en el que los bávaros aplastaron a los colchoneros, con 4 goles, obra de Gerd Müller y Uli Hoeness. Tras ese amargo desenlace, Luis Aragonés se retiraría del fútbol en 1974, con 36 años de edad.

Contaría muy poco en la selección española, con la que jugó solamente 11 partidos.

Tras su retirada del fútbol, se sentaría en el banquillo, precisamente del Atlético de Madrid, e iniciaría una amplia y gran carrera por numerosos equipos, aunque con altibajos (como casi todos los entrenadores), en el mundo de los banquillos. Y no sólo eso, sino que dejaría multitud de anécdotas y frases muy graciosas y para el recuerdo.
Como por ejemplo, los apodos que tenía. Zapatones le llamaban por lo mal que corría. Sabio de Hortaleza, aunque a él no le gustaba y solía decir, "Yo no soy el Sabio de Hortaleza. El Sabio de Hortaleza es mi hermano y tal".
O la anécdota, en la que explicaba la diferencia entre un corte de mangas y una peineta. Adjunto un vídeo de frases de Luis Aragonés, en el que sale lo que acabo de decir.



O el día que se le cayó la dentadura, en una de sus numerosas etapas como entrenador del Atlético de Madrid, al gritarle a Kiko desde la banda.

Luis Aragonés fue un magnífico futbolista y entrenador, que sin embargo no tuvo el reconocimiento hasta que ganó la Eurocopa de 2008, como seleccionador español y ya posteriormente en su fallecimiento en 2014. Y es que era un personaje de tomo y lomo, que caía bien y mal, no dejaba indiferente a nadie y que decía siempre lo que pensaba, sin importarle en absoluto lo que dijeran de él. Si hay que ponerle un pero, puede ser que era un mal hablado y podía ser simpático como el que mas, pero cuando tenía un día malo, mejor no acercarte a él. Luis, genio y figura hasta la sepultura. Una leyenda del fútbol español ganada con mucho trabajo, porque nadie le regaló nada. Un grande.

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