viernes, 30 de noviembre de 2018

HELENO DE FREITAS, EL RODOLFO VALENTINO BRASILEÑO




Les voy a hablar de uno de los mayores talentos de la historia del fútbol, desperdiciados por su mala cabeza. El incorregible Heleno de Freitas.

Heleno de Freitas fue un futbolista brasileño de los años 40. Jugaba como delantero centro. Hacía lo que se le exige a un delantero, que es marcar goles, siendo una maquina de perforar las redes. Los marcaba de todas las formas, pero siempre de forma bonita. Pero no solo tenía olfato goleador, sino que tenía un talento a la altura de los mas grandes. Capaz de hacer lo que le daba la gana sobre el campo, nadie podía quitarle la pelota. Ridiculizaba a los rivales, primero por la enorme clase en sus botas y segundo por el hecho de dejar en ridículo y provocar continuamente, cosa que le encantaba. También tenía visión de juego, dando magníficas asistencias a sus compañeros. Pero no nos engañemos, esto lo hacía cuando le daba la gana. Jugaba para él mismo, sin importarle en absoluto el juego colectivo. Era un circense sobre el césped. Verle jugar era un show, en lo positivo y en lo negativo. Vayamos con semejante personaje.

Heleno de Freitas era el Rodolfo Valentino brasileño, literalmente. Y es que los dos compartían un físico impresionante, con un porte espectacular, eran guapos y conquistaban a las mujeres, simplemente con un chasquido de dedos. Bastaba una mirada para que las féminas se rindieran ante ellos. Rodolfo  Valentino era un pieza de mucho cuidado también, pero no al nivel de Heleno, claro está. Rodolfo Valentino hacía lo que le daba la gana en Italia, no estudiaba, se gastaba todo el dinero que ganaba, en los sucesivos empleos en los que trabajó. Y como su familia acabó harta del joven, que era incapaz de corregirse, decidieron cortar por lo sano. Lo mandaron a Estados Unidos, mas concretamente a Nueva York, tierra por excelencia de italo-americanos. Allí se tuvo que buscar la vida él solito, ya que estaba mendigando por las calles, debido a que derrochaba sin parar. Hasta que un día tuvo sexo por dinero y vio un filón en eso, convirtiéndose en "gigoló". Después de un episodio un poco turbulento con una actriz, se mudó a Los Angeles  para probar fortuna en el cine. Y que mejor sitio para empezar en el cine, que la "Meca del celuloide", Hollywood. Allí es donde gracias a su físico, se convirtió en el primer sex-symbol de la historia, ya que hasta entonces todos los "Don Juanes", no habían sido vistos por todo el mundo. Pero Valentino ya era una estrella del cine mudo. Además su muerte prematura lo convirtió en mito. Hasta eso comparte con Heleno de Freitas. 



Pero la historia de Rodolfo Valentino son migajas, comparada con la de Heleno de Freitas. Vayamos con el crack incomprendido del fútbol brasilero.

Debido a que el padre de Heleno murió, siendo este un niño, se vio obligado a trabajar desde muy joven en las minas. En su tiempo libre jugaba al fútbol en la calle, como todos los niños. Un ojeador del Botafogo le vio jugar y no se lo pensó dos veces a la hora de reclutarlo para el "Glorioso". Allí es donde jugaría la mayor parte de su carrera y en donde viviría sus mejores temporadas como futbolista, desde 1939 hasta 1948, convirtiéndose en mito de la entidad tras muchas décadas, ya que nadie quería a semejante personaje. En el Botafogo maravilló con su fútbol a sus aficionados, pero también a todo el país, que veían en él al hombre que iba a ocupar el lugar de Leonidas, como gran estrella del país carioca y el hombre que podría guiar a la seleçao a ganar una Copa Jules Rimet (antiguamente se llamaba así al Mundial de fútbol, en honor a su fundador). Esto era lo positivo, pero vayamos con lo negativo.
 A la izquierda Heleno de Freitas y a la derecha Ademir, el que ocuparía su lugar como estrella del fútbol brasileño, tras el declive de Heleno. Además serían futuros compañeros en Vasco da Gama

 A la izquierda Heleno y a la derecha Leonidas


Heleno de Freitas era un habitual de las noches de Río de Janeiro, en el que hacía todo tipo de amistades. Las amistades que mas le gustaban eran las del género femenino, siendo un mujeriego empedernido. Conquistaba a todas las mujeres, tuvieran pareja o no y se acostaba con ellas. Tenía un grave problema de ludopatía, dilapidando su fortuna a una velocidad abismal. Bebía y fumaba sin importarle en absoluto. Y lo mas grave es que se hizo adicto al éter (un tipo de alcohol que se convierte en gas, con el simple contacto con el cuerpo), que tomaba disuelto en un pañuelo y se lo ponía en la boca para inhalarlo, actuando como droga, ya que sirve como relajante. 

Esto afectaba constantemente en su rendimiento, claro está, porque como se suele decir "Noches alegres, mañanas tristes". Heleno no llevaba nada bien las críticas y se ponía de muy mal genio, discutiendo con compañeros, entrenadores, árbitros y hasta aficionados. Pero no queda ahí la cosa, ya que se le iba la cabeza muy a menudo, llegando a las manos, con todos los anteriormente citados, lo que le acarreaba suspensiones, expulsiones, sanciones y antipatías de todo el mundo. 





El Botafogo a sabiendas de que se había convertido en un equipo atractivo para el espectador, deseoso de ver a Heleno para que hiciera su "show", tanto positivo, como negativo y viendo que con él no llegaban los títulos, se lo quitó de encima. Lo traspasó a Boca Juniors en 1948

Su estancia en Buenos Aires fue un visto y no visto. Jugaría solo unos meses, en los que jugó 17 partidos, pero dejando su sello de calidad y goleador. A parte de lo futbolístico, también quedó para el recuerdo el rumor que lo juntó a Evita Perón. Eso queda para la leyenda, porque no hay nada que lo pueda demostrar, a parte de que el matrimonio Perón era ejemplar, siendo un matrimonio curioso, porque no compartían misma ideología. Pero es que la forma de ser de Eva Duarte, pegaba de maravilla con la de Heleno. Eva una mujer libre, con ideales de izquierda, culta y con muchísimo carácter. En el caso de Heleno, la política la dejamos de un lado, pero en lo demás comparte totalmente la misma forma de ser, el gusto por la cultura y esa vida bohemia. 

Hay que recordar que Heleno de Freitas tenía mujer y un hijo, que es una cosa que se nos olvida, por la vida que llevaba y las infinitas infidelidades. La mujer ahora toma peso en la relación y le dice a su marido que no se adapta a Buenos Aires, ni a Argentina. Vamos, que le entró "saudade". Heleno acepta y sale por la puerta de atrás, volviendo a su país. 

 Heleno en el centro, atándose las botas, en su etapa en Boca Juniors





Vuelve a Río de Janeiro y ficha por Vasco da Gama en 1949, debido a que Botafogo no lo quería ver ni en pintura. En Vasco coincidiría con Ademir, formando la mejor pareja de delanteros de todo el Brasileirao. Como no podía ser de otra manera, Vasco da Gama logra el campeonato Carioca de 1949. Hay que recordar que que no existía la liga brasileña todavía y se jugaban torneos regionales, siendo el carioca el mas importante de todos ellos. Pero Heleno aún consiguiendo su primer título, no estaba contento y un día que fue expulsado de un entrenamiento, no se le ocurrió otra cosa al angelito, que coger su revolver, buscar al entrenador, apuntarle a la cabeza y disparar. Afortunadamente su arma estaba sin balas. Obviamente fue despedido ipsofacto.

Emprendería otro viaje al extranjero, esta vez a Colombia, donde ficharía por el Atlético Junior en 1950. Allí en solo 15 partidos, maravilló a todo el país, con su fútbol mágico y sus goles. Pero también siguió haciendo de las suyas, dilapidando su dinero en los casinos. Ya de vuelta de todo, volvió a Brasil y deambularía por Santos y América en 1951, no jugando nada en ninguno de los dos. Su carrera estaba por los suelos y su vida también, así que fue obligado a dejar el fútbol en 1951, a la edad de 31 años e ingresar en una clínica psiquiátrica. ¿Y porque esto? Heleno nunca estuvo bien de la cabeza, la verdad sea dicha, pero es que en esos momentos se le había ido la "pinza" completamente. Esto tiene una explicación y es que Heleno contrajo sífilis varios años atrás, debido a sus continuas relaciones sexuales con desconocidas. Pero lo mas grave es que nunca se quiso tratar de su enfermedad y se refugiaba en el éter y en el alcohol. La sífilis se agravó, derivando en una neurosífilis, destrozando todas las neuronas que aún le quedaban. Se había quedado como si fuera un vegetal, sin saber ni quien era él, ni que hizo, ni nada de nada, solo esperando la muerte que llegaría pronto, en 1959, a la edad de 39 años. 



Con la selección brasileña jugaría la Copa América de 1945, siendo segundo, tras perder la final ante Argentina. Y la Copa América de 1946, quedando segundo, cayendo en la final otra vez con Argentina. En los dos torneos, Heleno de Freitas fue una de las grandes estrellas. 
No fue llamado para el Mundial de 1950, por sus continuos problemas extradeportivos. Su testigo de estrella fue cogido por Ademir.


Heleno de Freitas es uno de los personajes mas alucinantes de la historia del fútbol. Un genio del balompie que jugaba al fútbol por diversión, pero sin interesarle en demasía. Un bohemio incorregible, que como suele pasar con ese tipo de gente, acaba fatal. Un  personaje para no copiar nunca, pero con la elegancia de los mejores bohemios de la historia. Un George Best mucho peor en su degeneración, pero con mas elegancia que George Best. Y es que difícilmente jamás habrá habido en la historia, nadie como Heleno de Freitas. 

1 comentario:

  1. Heleno de Freitas, conocido como uno de los primeros "playboys" del fútbol brasileño, es recordado no solo por su talento en el campo, sino también por su personalidad polémica y su estilo de vida extravagante. Nació en una familia acomodada, lo que lo distinguió de muchos de sus contemporáneos. Durante su carrera, destacó en Botafogo, donde anotó 209 goles en 235 partidos, pero nunca logró ganar un campeonato estatal, una ironía que lo perseguiría a lo largo de su carrera

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