Les voy a hablar de uno de los mejores jugadores de la historia del Atlético Madrid, Enrique Collar.
Enrique Collar fue un futbolista español, de los años 50 y 60. Jugaba como extremo izquierdo. Tenía un talento extraordinario, con un regate eléctrico que dejaba clavado a los contrarios, saliendo para el exterior o para el interior con suma facilidad. Ayudaba al fenomenal dribbling que poseía, la gran velocidad que tenía y la frenada en seco, cuando arrancaba en velocidad. Entre sus cualidades también estaba la de la elegancia, con una clase sublime para conducir el balón y asociarse con sus compañeros continuamente. Era zurdo, pero se defendía con la pierna derecha. Tenía un guante en su pierna izquierda, realizando unos milimetrados centros desde su banda. A parte también era el encargado de ejecutar los saques de esquina. Jugaba pegado a la cal, pero también realizaba diagonales a portería, llevando mucho peligro, regateando a todos y marcando gol en algunas ocasiones. A parte de todo esto, hay que decir que tenía un buen disparo y se sacrificaba en tareas defensivas, mostrando una total entrega. Fue un futbolista magnífico, que te podía resolver el partido, él solito.
Nacido en un pueblo de Sevilla, llamado San Juan de Aznalfarache (en donde vivió durante un año, quién escribe estas letras), se trasladó a Madrid a los 11 años y allí hizo su vida personal y futbolística, hasta que el Atlético de Madrid se fijó en este chaval, que asombraba a todos con su juego. Jugaría en las categorías inferiores, hasta que se hizo mayor y con 18 años fue cedido al Cádiz, de la Tercera División, en 1952. En el conjunto gaditano jugaría una temporada, volviendo al Atlético en 1953. Llegaría a debutar, pero como no contaba con la confianza del entrenador, volvería a ser cedido en el mercado invernal de 1954, al Murcia, con el que jugaría hasta junio. Definitivamente el Atlético lo rescató y se lo quedó en propiedad en 1955. Desde 1955 hasta 1969 sería un fijo y la gran estrella rojiblanca. En el conjunto colchonero, las grandes estrellas eran Joaquín Peiró y el propio Collar, llevando a los del río Manzanares, a los puestos mas altos del fútbol español. En la temporada 58-59 ficharon a Vavá, que venía de ganar el Mundial con Brasil y ser una de las grandes estrellas, mas el portugués (Angola era todavía una colonia portuguesa) Mendonça, hicieron que los atléticos aspiraran a lo mas alto. En la temporada siguiente ficharían a Adelardo, que les llevaría a conseguir la Copa del Generalísimo de 1960. Revalidarían el título de Copa del Generalísimo en 1961. Esto les llevaría a participar en la Recopa de Europa de 1961-1962, ya sin Vavá que había retornado a Brasil, tras no haber podido brillar de rojiblanco, como lo hacía de verdeamarelo. Pero los colchoneros no notaron nada su ausencia y realizaron un sensacional torneo, llegando a la final y ganando el partido de desempate (se había empatado y se tuvo que realizar un replay) a la Fiorentina de Kurt Hamrin, adjudicándose su primer título continental. En la campaña siguiente se marchó Joaquín Peiró a Italia y como con Vavá, el equipo no se resintió. En la campaña siguiente incorporaron a Grosso, pero el equipo realizaría una temporada mediocre, deambulando por la zona media de la tabla.
En la temporada 64-65 hubo una pequeña regeneración. Grosso fichó por el Real Madrid y en su lugar llegarían dos futbolistas que acabarían siendo estrellas y leyendas del conjunto colchonero, como son Ufarte y Luis Aragonés. Estos dos, mas Adelardo, Mendonça y Collar, ayudarían a los rojiblancos a volver a ganar la Copa del Generalísimo en 1965. Pero lo mejor estaba aún por llegar. Con el mítico técnico Domingo Balmanya, lograrían el título de Liga en 1966. En las siguientes temporadas el equipo bajaría un poco el nivel y llegaría savia nueva como Gárate e Irureta, pero Collar seguía siendo un fijo, aunque ya no estaba Mendonça. Pero los directivos decidieron, que Collar ya no servía para el once titular, debido a que tenía 34 años. Así que el genial extremo fichó por el Valencia en 1969. Con los ché jugó una sola temporada, sin el protagonismo que tuvo en el Atlético y decidió retirarse definitivamente del fútbol en 1970, a la edad de 35 años.
Con la selección española solamente jugaría el Mundial de 1962, en el que se eliminaron en primera fase, tras estar en el mismo grupo que Brasil, Checoslovaquia y México, quedando última de su grupo. Una gran decepción porque tenían una plantilla de lujo, con jugadores como Carmelo, Segarra, Del Sol, Luis Suárez, Gento, Puskas, Adelardo y el propio Collar. En ese torneo Collar fue el suplente de Gento. No volvería a ser convocado, porque le comería la tostada un chaval de Zaragoza llamado Carlos Lapetra.
Enrique Collar fue un magnífico futbolista, que llegó a ser el mejor extremo izquierdo del fútbol español, solo superado por su coetano rival Paco Gento (precisamente un jugador que se le parecía muchísimo en la forma de jugar, pero con mucha mas velocidad la Galerna del Cantábrico) y uno de los mejores del mundo en su puesto. El de San Juan de Aznalfarache es claramente un mito rojiblanco. Estamos hablando del mejor extremo izquierdo de la historia colchonera y uno de los cinco mejores futbolistas atléticos, sino el mejor.
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