Les voy a hablar de uno de los mejores jugadores de la historia de Hungría y se puede decir que del fútbol en general, Gyorgy Sarosi.
Sarosi fue un futbolista húngaro, de los años 30 y 40. Podía jugar en todas las posiciones centrales del campo, es decir, como defensa, centrocampista y delantero. Era muy alto para la época (1,86 m de estatura) y tenía un físico privilegiado y mucha fuerza, características esenciales para jugar en la defensa. En la retaguardia usaba su físico para ganar el cuerpo a cuerpo a los delanteros, pero también la inteligencia y el buen posicionamiento para anticiparse y robar los balones con facilidad. Tenía mucha clase con el balón en los pies, con lo cual podía sacar el balón jugado con mucha elegancia. Poseía una gran visión de juego, con la que repartía con claridad y daba asistencias con facilidad, características que unidas a su físico y a sus cualidades defensivas, le permitía poder jugar sin problemas en el centro del campo. Pero donde mejor sobresalía era en la delantera. Jugando como delantero centro, jugaba a su antojo, regateando con facilidad y velocidad a los defensas e incrustándose entre la zaga para los remates de cabeza, faceta en la que era un auténtico especialista, dada su altura, dominando el juego aéreo tanto defensivo como ofensivo. Salía y entraba dentro del área con suma facilidad, creando el caos entre los rivales y lo mismo daba asistencias a sus compañeros, que marcaba gol sin despeinarse. Y es que Sarosi tenía un espectacular olfato goleador, siendo una maquina de perforar redes. Debido a todas estas virtudes se le apodo el "Doctor". Todo lo que hacía, lo ejecutaba bien y con paciencia y precisión de cirujano. Además ejerció como capitán, tanto en el Ferencvaros como en la selección húngara, debido a su templanza, jerarquía y liderazgo. Un futbolista sensacional.
Pero Sarosi jugaba al fútbol por puro placer y no entraba en su cabeza dedicarse al deporte en cuerpo y alma. Él ya había decidido lo que quería ser de mayor y era ejercer la abogacía. Lo tenía clarísimo y no hacía ningún caso a la gente, que le decía que se dedicara al fútbol, ya que había nacido para eso. Pero con su padre fue diferente. Le dijo que con el fútbol, iba a ganar mucho mas dinero que siendo abogado. Y es que corrían tiempos difíciles para la familia Sarosi, porque su padre había perdido el empleo de sastre y no encontraba nada. Así que Gyorgy meditó y ayudó a su familia que le necesitaba, dejando su sueño de lado y dedicándose al fútbol. Total, el balonpie también le agradaba.
Sarosi jugaría toda su carrera en el Ferencvaros, desde 1930 a 1948. Debutaría a los 18 años de edad, en el puesto de defensa central. En ese puesto se afianzó como titular indiscutible, hasta que fueron viendo todo su potencial y talento, ubicándolo primeramente como centrocampista y mas tarde como delantero. Como delantero se convertiría, no solo en la gran estrella del club de Budapest, sino en la máxima estrella de Hungría. Y no queda ahí la cosa, ya que llegaría a ser uno de los mejores jugadores del mundo. Ayudaría a los verdiblancos a ganar la Liga de Hungría de 1932, 1934, 1938, 1940 y 1941 y la Copa de Hungría de 1933, 1942, 1943 y 1944. Pero sobre todo se alzaría con la Copa Mitropa (la copa mas prestigiosa de aquella época, que era una especie de Copa de Europa, pero con los países de Europa Central, mas Italia) de 1937, derrotando en la semifinal, al Austria Viena de Mathias Sindelar y en la final a doble partido, a la Lazio de Silvio Piola. Nadie pudo superar el récord de goles de Sarosi, en la Copa Mitropa.
Con la selección de Hungría jugaría el Mundial de 1934, donde llegarían a los cuartos de final, en donde caerían ante la Austria de Sindelar. Y el Mundial de 1938, en donde los magyares realizarían un torneo esplendido, siendo segundos tras perder en la final, contra la Italia de Giuseppe Meazza y Silvio Piola, entrenados por Vittorio Pozzo. En dicho campeonato, el "Doctor" Sarosi fue una de las grandes estrellas, siendo incluido en el once del torneo y ganando el Balón de Bronce (tras Leonidas y Silvio Piola) y la Bota de Bronce.
Sarosi tras su retirada, pudo terminar de estudiar la abogacía y ejercerla. Pero le picaba el gusanito del fútbol y decidió dedicarse al mundo de los banquillos, pasando casi toda su carrera como entrenador en Italia. Y es que Hungría vivía momentos turbulentos, debido a que había pasado de estar en plena Segunda Guerra Mundial, en manos de los nazis, a ser "cogida" por la Unión Soviética, con el final de la contienda. Sarosi es claramente uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, un jugador total, como lo fue por ejemplo Ruud Gullit y por ende, debe ser reconocido como tal. Un fenómeno.
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