Les voy a hablar de una leyenda del Bayern Munich, como futbolista y como gerente. El controvertido Ulrich Hoeness, mas conocido como Uli Hoeness.
Uli Hoeness fue un futbolista alemán de los años 70. Era muy polivalente, ya que podía jugar como volante derecho, volante izquierdo, segundo punta y mediapunta, siendo esta última la posición en la que mas cómodo se sentía. Tenía mucha clase en sus pies, con la que regateaba fácil a los contrarios, pero de forma sencilla, sin florituras. Tenía mucha potencia a la hora de correr, sobre todo en las arrancadas y con unos grandes cambios de ritmo. Poseía una gran visión de juego, con la que daba grandes asistencias, además de ser capaz de conducir el balón, asociarse con sus compañeros y hasta organizar él sólo el juego. Tenía una enorme llegada a portería desde segunda linea, con la que sorprendía constantemente y hacía muy difícil su marcaje. Y también colaboraba siempre en tareas defensivas, robando balones habitualmente. Si hay que ponerle un pero, es que siempre iba hacia el interior y en la banda rara vez llegaba a linea de fondo, pero como he dicho anteriormente, su posición ideal era en el centro, eso si, con muchísima movilidad. Un jugador sensacional y completísimo.
Su vida siempre ha ido ligada al Bayern Munich. Nacido en Ulm, jugó en las categorías inferiores del equipo, hasta que en 1970 lo ficha el Bayern y empieza su carrera profesional. Jugaría ocho temporadas y media en el conjunto bávaro, coincidiendo con los mejores años de su historia en el siglo XX (porque en lo que va de siglo XXI, ya ha hecho historia también). Arribaba en Munich con tan sólo 18 años y se convertía en titular indiscutible, en un equipo entrenado por Udo Lattek y con jugadores de la talla de Maier, Beckenbauer, Schwarzenbeck, Breitner, Roth y Gerd Müller. Con todos estos miembros ganarían la Pokal (Copa de Alemania) de 1971, la Bundesliga de 1972, 1973 y 1974 y la Copa de Europa de 1974, en la que derrotarían en la final (con replay) al Atlético de Madrid de Luis Aragonés y compañía. En la siguiente campaña despedirían a Lattek, que sería sustituido por Dettmar Cramer y también se marcharía Paul Breitner, pero sin embargo asomaría la cabeza un chaval apellidado Rummenigge, del que se veía que iba para futura estrella, convirtiéndose en un fijo. Con estos cambios, repetirían título de Copa de Europa de 1975, ganando la final contra el Leeds de Billy Bremner y en 1976, batiendo en la final al Saint-Etienne. En 1978 recayó de la rodilla lesionada en la final de Copa de Europa de 1976, no pudiendo jugar habitualmente, así que fue cedido al Nuremberg, un equipo modesto de la Bundesliga, en el que podía jugar sin tantas presiones como en el Bayern y así recuperarse de su lesión. Pero lamentablemente no pudo y optó por retirarse del fútbol en 1979, con tan sólo 27 años de edad.
Con la selección de la RFA (República Federal Alemana, Alemania Occidental) jugaría la Eurocopa de 1972, en el que la National Mannschaft sería campeona. Era un equipo maravilloso, entrenado por Helmut Schön y con jugadores como Overath, mas el bloque del Borussia Mönchengladbach (Vogts, Heynckes, Netzer, Bonhof y Wimmer), mas el bloque del Bayern (Beckenbauer, Breitner, Maier, Müller, Schwarzenbeck y el propio Hoeness), que hacía un fútbol efectivo, pero a la vez entretenido y bonito para el espectador (no se porque ha quedado para la historia que jugaba mal, cuando eso lo hacía el Bayern, no la selección de Alemania Occidental).
También jugaría el Mundial de 1974, en el que los germanos volverían a quedar campeones, tras derrotar en la final a la maravillosa selección de los Países Bajos de Cruijff y compañía, mas conocida como la Naranja Mecánica. Y su último torneo sería la Eurocopa de 1976, en el que los teutones serían segundos, tras caer derrotados en la tanda de penaltis (con fallo incluido del propio Hoeness), ante la Checoslovaquia de Panenka, Viktor, Nehuda y compañía.
Tras su retirada como futbolista, entró a la directiva del Bayern Munich como gerente. Tenía un duro trabajo por delante, ya que los bávaros tenían una gran deuda encima y el nivel deportivo había bajado mucho. Hoeness a los pocos años saldó la deuda. Y no sólo eso, sino que convirtió al Bayern en uno de los grandes del mundo, como lo había sido a principios de los 70, con operaciones capitalistas, como las que se hacen hoy en día en el fútbol moderno, como los contratos publicitarios en las camisetas (ya se empezaban a poner en las camisetas), la venta de los derechos televisivos y diversas campañas de marketing y merchandising. Todo eso llenó de dinero las arcas bávaras y eso se tradujo en éxitos deportivos, como varias Bundesligas y dos finales de Copa de Europa en 1982 y 1987. Pero llegaron los años 90 y el equipo ya no era el grande de antaño, debido a que sus mejores jugadores se habían ido al calcio. Pero todo cambiaría con la vuelta de Beckenbauer y Rummennige al Bayern, como presidente y vicepresidente respectivamente. Desde entonces el Bayern fue poco a poco recuperando su estatus y fueron llegando los títulos, hasta hoy en día. Aunque casi no lo consigue, ya que tuvo un accidente de avioneta en 1982, en la que iba dormido en la parte de atrás y murieron todos menos él, que pudo escapar aunque mal herido.
Hasta aquí lo bueno en la gestión de Hoeness como gerente y es que tras la marcha de Beckenbauer como presidente, tomó el testigo Hoeness con mucho éxito, pero en 2014 fue denunciado por defraudar a Hacienda, enviando fondos a paraísos fiscales. Uli se declaró culpable, dimitió como presidente del Bayern e ingresó en prisión, de la que salió en 2016. Y encima recuperó el puesto como presidente del Bayern, debido a que se lo ofreció el mismo club bávaro.
Su conducta fuera de los despachos nunca ha sido muy buena que digamos, provocando a mucha gente y criticando sin tapujos a quien le place. Además de dar la nota bastante a menudo en los estadios.
Uli Hoeness es toda una leyenda del Bayern Munich y de Alemania, pero también es todo un personaje.
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