Les voy a hablar del mejor jugador de la historia de Uruguay y uno de los mejores de la historia del Milan, Juan Alberto Schiaffino.
Schiaffino fue un futbolista uruguayo de los años 40 y 50. Jugaba como interior. Hay que puntualizar que la posición de interior no es la misma de hoy en día, sino que era lo que se conoce en la actualidad como mediapunta. Aunque su posición ideal fuera la de interior, también jugó muchos momentos en su carrera como delantero centro. Si hay que definir a este futbolista, se le podría definir en dos palabras, clase y tranquilidad. Medía 1,75 m de estatura, aunque su físico y su forma de jugar, hacía parecer que era mucho mas alto de lo que en verdad era. Como decía anteriormente, tenía una clase extraordinaria con el balón en los pies, manejando a la perfección las dos piernas, aunque fuera diestro. Llevaba el esférico pegado al pie y regateaba a los contrarios de manera simple y efectiva, con un simple movimiento del cuerpo o cambiando al pelota de pie. Era imposible quitarle el cuero, porque lo movía y lo escondía maravillosamente. Tenía una gran visión de juego, con la que movía a su antojo al equipo y daba unas maravillosas asistencias. También tenía un potente y colocado golpeo de balón con ambas piernas. A todo esto hay que añadir que también tenía gol. Un jugador extraordinario.
Empezó su carrera en uno de los dos grandes de su país, el Peñarol en 1943. En el club de Montevideo jugaría 11 maravillosas temporadas, en las que ganaría la Liga de Uruguay de 1949, 1951, 1953 y 1954. En la capital jugaría con otras grandes leyendas, como Alcides Ghiggia y Obdulio Varela. Gracias a las impresionantes actuaciones de Schiaffino en Peñarol y sobre todo en la selección uruguaya, llamó la atención de Europa, siendo el Milan el afortunado en ficharlo en 1954. Llegaría a la capital lombarda convertido en mito de Peñarol y de Uruguay. Lo que no sabía ni el mismo, es que se convertiría también en leyenda en Milán. Con los rossoneros jugaría seis temporadas excepcionales. Era uno de los mejores equipos del mundo por aquella época, con jugadores como Lorenzo Buffon (tío abuelo de Gian Luigi Buffon), Cesare Maldini, Nils Liedholm, Gunnar Nordhal y el propio Schiaffino. Con ellos ganarían la Serie A de 1955 y la Copa Latina de 1956. En la temporada 1956-1957 se marchó Nordhal, pero no importó, ya que ganaron la Serie A. Con la marcha de Buffon, pero con el refuerzo de Trapattoni, llegarían a la final de la Copa de Europa, siendo derrotados por el Real Madrid de Di Stéfano, Kopa, Gento, Santamaría y Rial. En la campaña siguiente llegaría Altafini y con él se adjudicarían la Serie A de 1959. Ya veterano, dejaría el Milan, ese equipo que lo había convertido en mito del fútbol y con el que había formado un sensacional tridente ofensivo, junto a Nordhal y Liedholm.
Ficharía por la Roma en 1960. En "la loba" jugaría dos temporadas, en las que coincidió "otra vez", con su compañero Gigghia. Seguirían los éxitos, ya que se adjudicaría la Copa de Ferias de 1961. En Roma acabaría retrasando su posición del interior al líbero, como hizo el galés John Charles, en su ultima etapa en la Juventus. En 1962, habiéndolo ganado todo o casi todo como futbolista, se retiró a la edad de 37 años.
Con la selección uruguaya jugaría el Mundial de 1950, en la que sería campeón tras derrotar en la final a Brasil, precisamente con un gol suyo. A ese partido lo denominaron el "Maracanazo" porque se jugaba en Brasil y la selección anfitriona era la máxima favorita a ganar el título. Como la final se jugó en el antiguo Maracaná, un estadio con una capacidad gigantesca, se quedó con ese apodo debido a la sorprendente victoria charrúa, que significó una humillación para todo Brasil, un país que se toma el fútbol como una religión y ese día todavía no lo han borrado de su memoria. Lo consideran uno de los peores momentos en la historia de la nación (yo no se ustedes, pero este fanatismo me parece una aberración). En este Mundial, Schiaffino fue nombrado mejor jugador del torneo.
Schiaffino llegaría al Mundial de 1954 como héroe de los charrúas. No repitió resultado, pero si grandísima actuación, ya que guió al equipo a las semifinales, en las que caería frente a la Hungría de Puskas, Kocsis, Czibor, Boszik y Grosics, que eran la mejor selección del mundo. En la final de consolación también caerían derrotados a manos de Austria, quedando definitivamente en cuarta posición. Estos dos Mundiales catapultaron a Schiaffino al estrellato, convirtiéndolo en uno de los mejores futbolistas del planeta. Una vez en Italia, se nacionalizó italiano aprovechando la nacionalidad italiana del abuelo y abandonó la selección charrúa para jugar en la italiana. Con la azzurra jugó solo cuatro partidos.
Juan Alberto Schiaffino fue un jugador sensacional, buen compañero y todo un ejemplo de sencillez y caballerosidad dentro y fuera del campo. Una leyenda con mayúsculas, que es con todo merecimiento el mejor futbolista uruguayo de todos los tiempos, pese a que haya habido otros como Francescoli y Forlán y haya uno como Luis Suárez. Además una vez retirado, como trabajaba para el Milan, dejó atado a su sucesor en el conjunto lombardo, recomendando a un chaval, que demostraba la misma clase y la misma tranquilidad sobre el césped. Ese chaval se llamaba Gianni Rivera y acabó siendo uno de los mejores futbolistas que hayan vestido la camiseta rossonera.
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