Les voy a hablar de uno de los mejores delanteros de la historia de Francia, Jean Pierre Papin.
Papin fue un futbolista francés, de los años 80 y 90. Jugaba como delantero centro. Su fútbol era muy sencillo, meter gol de la manera que fuera. Dicho esto, era un delantero con una efectividad brutal y con un grandísimo repertorio de formas de marcar gol. Medía 1,76 m de estatura, con un cuerpo delgado y con una apariencia frágil. Con estas características pareciera que tendría que jugar lejos del área, pero no era el caso de Papin, ya que para nada era frágil, sino todo lo contrario. Era fuerte, potente y fibroso, con lo cual podía fajarse entre las defensas mas musculosas, a parte de que su punto mas fuerte era la inteligencia táctica. Se movía constantemente por todo el área, en busca del pase de sus compañeros y para sacar a los defensas lejos del área y abrir huecos para la llegada a portería de los centrocampistas. También aprovechaba cualquier error del rival y jamás perdonaba. Era un excelente rematador, con las dos piernas y con la cabeza, metiendo unos golazos absolutamente impecables e impresionantes, debido al fortísimo disparo con las dos piernas y a la enorme plasticidad con la que ejecutaba sus voleas y chilenas. Pero también, aunque no fuera lo habitual, era capaz de fabricarse sus propios goles, con jugadas individuales. Era además, un especialista en los lanzamientos de tiros libres, mediante latigazos con su pierna buena, que era la derecha, o colocándola sutilmente en la escuadra. A todos estos golazos que marcaba, se les denominó "Papinades". Un delantero completísimo.
Papin comenzó su carrera en su país, en el Valenciennes en 1984, que en esa época se encontraba en Ligue 2. Allí jugaría una temporada, en la que lo haría tan bien, que llamaría la atención del Brujas, que convenció a Papin para marcharse a Bélgica a jugar. Papin no se lo pensó dos veces y fichó por el Brujas en 1985, sabedor de que si lo haría bien, pronto se le volverían a abrir las puertas de los mejores equipos de Francia. El resultado fue sensacional, se adaptó de maravilla al campeonato belga y a la región de Flandes, donde recordemos, se habla flamenco y no francés. Metió 20 goles, siendo la gran estrella del Brujas y ganando la Copa de Bélgica en 1986. Era de esperar que Francia le reclamara y el Olympique de Marsella no perdió el tiempo y lo fichó en 1986. Fue una de las mejores operaciones que hayan hecho, ya que se convirtió en una de las grandes leyendas del conjunto marsellés. Allí jugaría seis temporadas, en las que se convertiría, no solo en la gran estrella del Marsella, sino en la gran estrella francesa. Sus números en el apartado goleador fueron, 13, 19, 22, 30, 23 y 27 goles en liga. Ganaría la Ligue 1 de 1989, 1990, 1991 y 1992 y la Copa de Francia de 1989. También llegaría a la final de la Copa de Europa de 1991, cayendo a los penaltis, contra el Estrella Roja de Savicevic, Prosinecki, Pancev, Jugovic y Mihajlovic. Fueron años maravillosos para el conjunto marsellés, en los que pasaría de ser un equipo normalillo, a ser uno de los grandes del país galo. En sus seis temporadas allí, compartiría equipo con jugadores de la talla de Amoros, Deschamps, Tigana, Waddle, Francescoli, Boli, Abedi Pele, Stojkovic, Cantona y Angloma.
Con sus fenomenales números en el apartado goleador, con el Balón de Oro ganado en 1991 y con las numerosas lesiones de Van Basten, el Milan no se lo pensó a la hora de contratar a Papin, como sustituto del neerlandés, fichándolo en 1992. Pero Papin no volvería a ser la gran estrella que ametrallaba las porterías día tras día. Su primera temporada fue muy buena, ya que siempre que tuvo que sustituir al lesionado Van Basten, rindió muy bien y siguió marcando goles, pero en la segunda se vino abajo y su temporada fue pésima. El Milan era uno de los mejores equipos del mundo, entrenado por Capello y con jugadores de la talla de Baresi, Maldini, Costacurta, Albertini, Donadoni, Boban, Desailly, Rijkaard, Van Basten y Savicevic. Papin se marcharía de Milán, habiendo ganado los Scudettos de 1993 y 1994 y sobre todo la Liga de Campeones de 1994, en la que derrotarían al Barça del "Dream Team".
Ficharía por otro gigante del fútbol continental, el Bayern de Munich en 1994. Las dos temporadas que jugó allí fueron un calvario, ya que estuvieron plagadas de lesiones y no pudo demostrar todo su potencial, cuando era una de las grandes estrellas de los bávaros. Se marcharía de la Bundesliga con un sabor amargo, pero habiendo logrado la Copa de la Uefa de 1996, en la que derrotaron al Girondins de Burdeos de Zidane, Lizarazu y compañía. Precisamente ficharía por los bordeleses en 1996. Allí jugaría dos temporadas, en que la primera de ellas recuperó el olfato goleador que había perdido, pero en la segunda tuvo que competir con Wiltord y Laslandes, por la titularidad y su rendimiento decayó. Se marcharía al Guingamp en 1998, que jugaba en Ligue 2 y se retiró del fútbol en 1999, a la edad de 35 años.
Con la selección francesa jugaría el Mundial de 1986, en el que les bleus quedarían terceros, tras ganar la final de consolación ante la Bélgica de Pfaff, Scifo, Gerets y compañía. Esa selección gala era un equipazo, con jugadores de la talla de Amoros, Platini, Tigana, Giresse y compañía. Y su último torneo sería la Eurocopa de 1992, en la que los galos se eliminarían en primera fase, cuando eran uno de los grandes favoritos al título. Era un equipo totalmente distinto al de 1986, entrenado por el mismo Platini y con futbolistas de la talla de Boli, Laurent Blanc, Amoros, Angloma, Deschamps, Luis Fernández, Petit y Cantona.
Papin fue un futbolista sensacional, siendo de los mejores delanteros del mundo en su época. Lo que ocurre es que por una razón u otra, no lo pudo demostrar fuera de Francia. Pero tenía todo para ser de los mejores futbolistas del mundo y el nombre que te da el haber ganado el Balón de Oro, pero también se necesita suerte para ser el mejor. Además, sustituir a Van Basten es muy complicado, ya que la clase que tenía Van Basten, no la tenía Papin, pero de olfato goleador andaba a la par que el Cisne de Utrecht.
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