Les voy a hablar de uno de los mejores entrenadores de la historia del Milan. El gran Nereo Rocco.
Nereo Rocco nació en Trieste en 1912, En aquella época, esta ciudad pertenecía a Eslovenia, que estaba integrada dentro del Imperio Austro-Húngaro, así que por cercanía Trieste era una ciudad austriaca, ya que dicho imperio era una monarquía dual, es decir Hungría tenía la total libertad para hacer y deshacer, sin tener que pedir explicaciones a Austria. Con el fin de la Primera Guerra Mundial y la desaparición del Imperio de los Habsburgo, Trieste pasó a Italia. La familia de Nereo Rocco era austriaca, en lugar de eslovena, ya que habían emigrado desde Viena. Así es como el pequeño Nereo se apellidaba Roch. Con el auge del fascismo creado por Benito Mussolini, con el partido trabajando a toda pastilla, con los matones de los camisas negras sembrando el pánico en Italia, llegó lo inevitable, el golpe de estado dado por Mussolini en Roma en 1922. A partir de ahí, en los años venideros, "Il Duce" se propuso italianizar absolutamente todo y le llegó el turno a la familia Roch, que tuvo que cambiar su apellido austriaco, por Rocco.
El "ya italiano" Rocco, fue un entrenador de los años 50, 60 y 70. De jugador pasó la mayor parte en el equipo de su ciudad natal, la Triestina, jugando en algunos equipos mas, hasta su retirada y su entrada como técnico, otra vez en la Triestina en 1947. Entre 1947 y 1961 entrenaría a Triestina, Treviso, otra vez Triestina y Padova. En 1961 firma por el Milan. Ahí empieza la historia triunfal de Rocco, con el club lombardo. Integra en el Milan la táctica del "catenaccio", que ya llevaba usando con éxito en sus antiguos equipos. Se le puede considerar el introductor del "catenaccio" (que significa cerrojo) en Italia, copiada del "verrou", del entrenador austriaco Karl Rappan, que la inventó e introdujo en Suiza.
En su primera temporada en el conjunto rossonero, ganaría el Scudetto de 1962. En esta plantilla había futbolistas, de la talla de Cesare Maldini (también triestino como Rocco), Gianni Rivera, Giovanni Trapattoni y José Altafini. Se había formado el núcleo fuerte, que conseguiría la Copa de Europa en 1963, tras ganar la final al Benfica. Rocco era el entrenador de uno de los mejores equipos del mundo, pero sorprendentemente deja el Milan, para sentarse en el banco del Torino en 1963. Dirigiría al "Toro" durante cuatro temporadas, en las que tendría altibajos. Le volvería a llegar la oportunidad de dirigir al Milan y no se lo pensó. Firmaría por los rossoneros en 1967. El equipo había cambiado algo, con respecto al que había entrenado anteriormente. Ya no estaba Maldini, ni Altafini, que habían sido sustituidos por Schnellinger y Hamrin, que se unieron a Rivera y Trapattoni, que eran los jefes del equipo. El resultado de Rocco volvería a ser el mismo que en sus inicios en Milán, al ganar el Scudetto de 1968, mas la Recopa de Europa del mismo año, en la que vencería al Hamburgo. En 1969 ganaría la Copa de Europa, al derrotar en la final al Ajax. Ya sin Hamrin y sin Trapattoni ganarían la Coppa de 1972 y 1973, mas la Recopa de Europa de 1973, tras vencer en la final al Leeds.
Volvería a dejar el conjunto rossonero, siendo sustituido por Trapattoni. Se tira un año sabático y firma por la Fiorentina en 1974, al que entrena durante un año y decide retirarse de los banquillos en 1975. Pero recibe una llamada de la directiva y decide volver al club que le había dado todo y entrena a los milanistas durante la temporada 1976-1977. Todavía perduraba el gran Rivera, al que acompañaba en el centro del campo Fabio Capello. Con ellos ganaría la Coppa en 1977. Y ya por fin pone punto y final a su carrera en 1977. Dos años después de su retirada, fallece con solo 66 años en su querida Trieste, por culpa de una cirrosis.
En la imagen, Helenio Herrera (Inter de Milán) y Nereo Rocco (Milan)
Rocco, Rivera y Trapattoni
El "Parón" que significa patrón o maestro en triestino, que es un dialecto del italiano, es el primer gran entrenador de la historia del Milan. El que lo encumbró a la cúspide del calcio y del fútbol mundial. Un técnico respetado por todo el mundo y que introdujo el catenaccio. El Milan no sería lo mismo sin él, ni sin Rivera, su perla en el campo.
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