miércoles, 17 de mayo de 2017

LASZLO KUBALA, EL FUTBOLISTA QUE HUYO DEL COMUNISMO, PARA SER LEYENDA EN LA ESPAÑA FRANQUISTA




Les voy a hablar de uno de los mejores jugadores de la historia del Barça, Laszlo Kubala. 

Laszlo Kubala fue un futbolista húngaro, de finales de los años 40, los 50 y los 60. Jugaba de delantero, actuando como segundo punta. Pese a no ser un 9, era un gran goleador. Pero no sólo destacaba por eso, sino que tenía un enorme talento en sus botas. Era prácticamente ambidiestro, lo que le hacía desequilibrar fácilmente a los contrarios, con un simple movimiento con el cuerpo o cambiándose el balón de pierna. Tenía una fenomenal visión de juego, siendo el encargado de elaborar las jugadas de su equipo, moviendo el juego a su antojo y dando unas asistencias maravillosas. También era el encargado de las jugadas a balón parado, lanzando los tiros libres, penaltis y los saques de esquina. Era un futbolista muy inteligente y que aportaba muchísimo al grupo, siendo el líder absoluto en el juego de su equipo, pero un líder tranquilo, humilde y buen compañero. Un futbolista excepcional.

Empezaría su carrera en su país en 1945, en el mejor equipo de su ciudad Budapest, el Ferencvaros, con 18 años de edad. En uno de los grandes del fútbol magyar, jugaría una temporada, en la que rápidamente se vio que asomaba una grandísima estrella. Pero tras el final de la Segunda Guerra Mundial y el fin de la ocupación nazi, con la llegada de la tropas soviéticas, Kubala pensó que vendría la democracia. Obviamente no fue así y la dictadura de Iosif Stalin a los dos años del final de la Guerra, ordenó un gobierno comunista, que se convertía automáticamente en un estado satélite de la Unión Soviética. Viendo el panorama, Kubala decidió mudarse a Checoslovaquia tras el fallecimiento de su padre, además se le venía en cuestión de tiempo, la obligación para hacer el servicio militar. La madre de Kubala era eslovaca, que en aquella época era una región de Checoslovaquia. Dicho y hecho, Kubala fichó por el Slovan de Bratislava en 1946. 

Kubala en el Slovan de Bratislava

Kubala jugó dos grandes temporadas en el conjunto eslovaco. Eso hizo que se nacionalizara checoslovaco y la primera experiencia que tuvo en el fútbol de selecciones, fue con la selección de Checoslovaquia. También hizo algo importante, casarse con la hermana de su entrenador, Ferdinand Daucik. Quedaros con este nombre. 

Pero el nuevo jugador checoslovaco, al ver que el comunismo en Checoslovaquia era suavecito, porque no seguían las directrices impuestas por el régimen de Stalin, le entró morriña y decidió que era hora de volver a casa, a su Hungría natal. Ficharía por el Vasas en 1948. Solo jugaría una temporada, en la que le dio tiempo a dejar la selección checoslovaca y jugar con la selección de la que es nativo, la húngara. Stalin al ver que se le estaban sublevando en todos los estados satélites, impuso la mano dura y Kubala se dio cuenta de que no iba a ser libre, así que decidió huir del país centroeuropeo. 

Kubala con la selección húngara

Cruzó el telón de acero (el nombre que se le daba al muro de Berlín) en un camión soviético, junto a otros compañeros del Vasas (obviamente con pasaportes falsos) y llegó a Austria. Hungría al enterarse de su fuga, le denunció ante la Fifa y la organización mas importante del fútbol mundial, le sancionó sin poder jugar durante un año en partidos oficiales. Se marchó de Austria y fue para Italia. Allí jugaría para el Pro Patria en 1949, durante unos partidos amistosos, que le servirían para tener un dinero con el que poder sobrevivir. Le llegó la oportunidad de fichar por el mejor equipo del mundo en aquella época, el Torino, pero al final no llegó a un acuerdo. Y menos mal, ya que el "Grande Torino" se estrelló a los pocos días, en un accidente de avión en el que murieron todos. 

Kubala se instaló en un campo de refugiados, en el que estaban todos los que podían haber huido de Hungría. Entre esa gente estaba su cuñado, Ferdinand Daucik. A Kubala y a Daucik, se les ocurrió fundar un club, el cual realizaría giras por todo el mundo, para recaudar dinero para todos los refugiados magyares. Le llamarían Hungaria. En una gira por España, llamó la atención de los dos equipos mas grandes de España, el Real Madrid y el FC Barcelona. 


El Madrid no perdió el tiempo y apalabró su fichaje por la vía rápida. Iba a ser la gran estrella blanca junto a Luis Molowny, pero Josep Samitier, secretario técnico del Barça y antigua leyenda del Barça, que también jugó en el Real Madrid, tiró de picardía y hablo con Kubala, convenciéndole de fichar por el conjunto blaugrana, mediante un lucrativo contrato y la promesa de que lograrían sacar de Hungría, a su mujer e hijos. El astro magyar hizo una contraoferta, poniendo como condición que el entrenador debía ser su cuñado Ferdinand Daucik. El Barça aceptó y Kubala fichó por el conjunto de la ciudad condal. Había nacido la leyenda de Kubala. Ahora dejaba de ser Laszlo para convertirse en Ladislao, que es como le llamarían en España, acostumbrados a españolizar todos los nombres extranjeros. 

Su cuñado Ferdinand Daucik, también pasaba a ser Fernando Daucik para el público español y se convertía en entrenador del FC Barcelona. Pero Kubala no podía jugar oficialmente, porque todavía tenía la sanción impuesta por la Fifa, así que Samitier habló con el régimen franquista para que tomara cartas en el asunto y Franco vio un filón en este asunto. De golpe y porrazo se encontraba con una perfecta obra propagandística. Kubala, la estrella húngara, huía del régimen comunista, de los rojos, aquellos que tenían cuernos y rabo, e iban armados de un tridente y eran malos, muy malos. Pero la España de Franco lo acogía, porque eran muy buenos y España, con su sistema de nacionalcatolicismo, era el mejor país del mundo. Así que Franco y su régimen fascista, no podía perder el tiempo y propagar a los cuatro vientos la noticia y sacarse un as de la manga, nacionalizar español a Laszlo Kubala, que pasaba a ser Ladislao Kubala para los amigos. Así el crack magyar podía jugar con la selección española. 

La táctica de un hombre muy inteligente como Samitier, fue todo un éxito y Kubala ya podía jugar oficialmente con el Barça en 1951. En el conjunto blaugrana jugaría diez temporadas, que serían las mejores de su carrera. Con su cuñado Daucik como técnico y con jugadores de la talla de Ramallets, Segarra, Basora y César, ganarían la Liga de 1952 y 1953, la Copa del Generalísimo de 1951, 1952 y 1953 y la Copa Latina de 1952. Un equipo que arrasó en España y que hacía un fútbol sensacional. Este equipo sería conocido como "El Barça de la cinco copas", debido a que en 1952 ganarían Liga, Copa del Generalísimo, Copa Latina y otras dos copas desconocidas y sin importancia alguna, como son la Duward y la Martini Rossi. A esto se le añade la Copa Eva Duarte, que era la antecesora de la Supercopa de España, con lo cual fue "El Barça de las seis copas". Por cierto Eva Duarte, es la mismísima Eva Perón o Eva Duarte de Perón, que como motivo de homenaje a su visita a la España de Franco, se puso su nombre y apellido a dicho trofeo. Pero como el fútbol no tiene memoria, Daucik sería despedido, cuando los títulos dejaron de llenar de trofeos las arcas de Les Corts. 

No sería hasta la llegada del técnico Domingo o Domenec Balmanya en 1956, cuando volverían los títulos. Conseguirían la Copa del Generalísimo de 1957 y la Copa de Ferias de 1958. El conjunto culé contaba en sus filas con nuevos refuerzos, como Luis Suárez, Olivella, Evaristo y Eulogio Martínez. Balmanya se iría y llegaría el mítico entrenador franco-argentino, Helenio Herrera. Con el polémico entrenador, mas los fichajes de Czibor y Kocsis, ganarían la Liga de 1959 y 1960, la Copa del Generalísimo de 1959 y la Copa de Ferias de 1960. Pero esta no sería una buena época para Kubala en lo personal, ya que diversas lesiones y problemas con el alcohol, hicieron que Helenio Herrera, que no soportaba que sus jugadores salieran a la noche (y Kubala era habitual en ese sentido), acabó por llevarse fatal con el astro magyar y le castigó en varios partidos con el banquillo. La prensa y afición creó un debate en el que había dos bandos, los que estaban con Kubala y los que estaban con Luisito Suárez, que por aquella época era ya la gran estrella del Barcelona, por encima de Kubala. La conclusión de todo esto fue la marcha de Helenio Herrera al Inter de Milán y debate zanjado. Con distintos entrenadores a lo largo de la temporada, consiguieron llegar a la final de la Copa de Europa de 1961, en la que perderían frente al Benfica de Coluna y Aguas, con los famosos postes cuadrados. Tras ese partido, Kubala decidió poner punto y final a su excelente trayectoria profesional, con 34 años de edad.

Se hace con el mando de entrenador del primer equipo, pero como los resultados no llegan, es despedido y Kubala se lo toma muy mal. Ya recuperado de las lesiones que tuvo en su carrera, cree que puede volver al fútbol, pero obviamente en equipos mas pequeños. Se ofrece al Espanyol y este acepta, fichándolo en 1963, haciendo efectiva su vuelta al fútbol, con 36 años de edad. Allí juega una buena temporada y en la siguiente coge el puesto de entrenador. El magyar es parte importante para que Di Stéfano, que había dejado el Real Madrid en ese momento, fiche por el Espanyol. Y la "Saeta Rubia" viene al Espanyol, porque Kubala y él, son dos grandísimos amigos. Esa amistad fue forjada durante el poco tiempo, en el que estuvo Di Stéfano en Barcelona, para fichar por el Barça, pero al final acabó marchándose a Madrid. Pero esa es otra historia. 

Kubala deja el Espanyol y ficha como entrenador-jugador por el Zurich en 1966. En el conjunto suizo permanece una temporada y se marcha a Estados Unidos para hacer la misma operación, con los Toronto Falcons en 1967. Ya por fin, se retira definitivamente esa temporada como jugador, a la edad de 40 años, para dedicarse a su carrera como técnico.

Con la selección española, jamás jugaría ningún torneo de selecciones, debido a que no se clasificaría para ninguno de ellos. 

Kubala fue un jugador sensacional, de leyenda. Aunque no tuviera suerte en el fútbol de selecciones, si que con el Barça se convirtió en uno de los mejores jugadores del mundo por aquella época, en uno de los mas grandes de la historia del Barça, uno de los mejores jugadores de la historia de Hungría y se podría decir tranquilamente, en uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Una persona que aunque fuera un juerguista y abusara del alcohol, era un fenomenal tipo, sencillo como pocos y que ayudaba a todo el mundo que lo necesitara. En definitiva, un futbolista de los de antes. Una persona que quiso ser feliz y libre, y la España franquista le dejaba hacer lo que quisiera, porque era tratado como un Dios, por ser quien era y haber huido del bloque comunista. Así que no encasillemos a Kubala con el régimen fascista, por huir del comunismo. Era una persona que no se metía en líos políticos, simplemente se aprovechó de la situación, como hicieron tantos otros. Os dejo dos vídeos, de dos fragmentos de la película "Los ases buscan la paz", en el que sale Kubala y el mítico Antonio Ozores, con una pinta muy distinta a la que le conocíamos en sus películas y en el que se le entiende al hablar. Un film en el que habla de la vida de Kubala y que estaba destinado a hacer propaganda buena sobre el franquismo. Por cierto, en la película, un actor de doblaje pone voz a Kubala, porque era el año 1954 y seguramente Lazslo no sabría muy bien el español o se le entendería mal, al llevar sólo tres años en España.



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