domingo, 14 de mayo de 2017

DIDÍ, EL INVENTOR DE LA FOLHA SECA





Les voy a hablar de uno de los mejores jugadores de la historia de Brasil. Waldyr Pereira, alias Didí. 

Didí fue un futbolista brasileño, de finales de los años 40, la década de los 50 y la primera mitad de la década de los 60. Jugaba como centrocampista, actuando como interior, lo que hoy en día se conoce como enlace o mediapunta. Tenía un talento a la altura de los mas grandes. Capaz de jugar andando y regatear a varios jugadores, con un movimiento de balón simple. Ponía la pausa en el juego y el equipo jugaba al son que quería Didí. Era puro arte su fútbol, sombreros, caños, regates...Poseía también una gran visión de juego, con la que daba fenomenales asistencias en corto y en largo, siendo el cerebro de su equipo. Tenía un fenomenal disparo lejano y era el encargado de lanzar los tiros libres, en el que incluía el repertorio de golazos, con chut de "folha seca".

La "Folha Seca" es una forma de chutar al balón, distinta a la habitual. Se ejecuta con tres dedos del pie y el balón va para arriba, para caer inmediatamente hacia abajo a toda velocidad, con lo cual supera fácilmente la barrera y es muy complicado de detener para el guardameta. Didí fue el inventor de este lanzamiento y además de una forma muy curiosa. El astro brasileño tuvo una lesión en el pie derecho, y para seguir jugando y no hacerse daño en el pie a la hora de lanzar los tiros libres, entrenó hasta la saciedad este golpeo, creando de forma accidental, algo tan normal en el país carioca hoy en día. 

Didí empezaría su carrera en 1946. Desde 1946 hasta 1949, jugaría en el Americano, Lençoense y Madureira. En 1949 ficharía por el Fluminense. En el Flu jugaría siete buenas temporadas, en las que ganaría el Campeonato Carioca de 1951 y la Copa de Rio de 1952. Se marcharía en 1957 a otro de los grandes de Río de Janeiro, el Botafogo. Allí jugaría dos grandes temporadas, en un equipazo en el que estaban jugadores de la talla de Nilton Santos, Garrincha y Zagallo. Con ellos ganaría la Copa Carioca en 1957. Sus grandes temporadas en Brasil, llamaron la atención del Real Madrid, que buscaba un sustituto para Kopa, que acababa de dejar el Real Madrid, para volver a su Stade de Reims. Ficharía por el conjunto madrileño en 1959, para ser una de las grandes estrellas. Pero la verdad es que su estancia en el conjunto merengue no fue la esperada, ni por el, ni por nadie. 

Jugaría solo una temporada en la capital de España, en la que por supuesto fue titular, pero en la que no se vio el juego maravilloso que había mostrado al mundo con su selección. Didí no se aclimató al país, por ser completamente distinto a su Brasil querido, con lo cual este desencanto por la vida y el clima español, se vio afectado en su juego. Pero no sólo esto, sino que el Real Madrid era un equipo que jugaba muy rápido al fútbol, con Paco Gento a toda pastilla por la banda izquierda y Di Stéfano subiendo y bajando, sin descanso alguno, trabajando para el equipo. Solo Puskas tenía el permiso de no bajar a defender y jugar andando, para poder crear fútbol a su antojo. Así que el club no se podía permitir dos jugadores, que pasaran de las tareas defensivas. Pero a Didí le daba igual y no estaba dispuesto a sacrificarse, con lo cual Di Stéfano, líder absoluto del equipo, no podía soportarlo. La conclusión de todo esto fue, la marcha de Didí con tan sólo 19 partidos jugados y la temporada sin terminar, con un nivel pobre para un jugador de su categoría. 

Volvió a su Brasil amado, para retornar al Botafogo en 1960, en donde tan buen resultado había dado. Dicho y hecho, el astro brasileño recuperó su magia y triunfó de nuevo. Con los de Río de Janeiro conseguiría dos Campeonatos Carioca, en 1961 y 1962. Tras recuperar su maravilloso nivel, decidiría retirarse del fútbol en 1962, con tan sólo 33 años de edad. 

Con la selección brasileña jugaría el Mundial de 1954, en el que los cariocas llegarían a los cuartos de final, en los que serían derrotados por la Hungría de los "Magyares Magíficos", entrenada por Gusztav Sebes y con jugadores de la talla de Puskas, KocsisGrosicsHidegkuti, Czibor y Bozsik. Precisamente en este encuentro, tuvo lugar un hecho lamentable, que fue conocido como la "Batalla de Berna", que consistió en una batalla campal entre los jugadores de los dos equipos.

A los Nilton Santos, Djalma Santos y el propio Didí, se unirían otra grandísimas leyendas como Garrincha, Zagallo, Vava y un jovencísimo Pelé. Con ellos serían campeones en el Mundial de 1958, en el que derrotarían en la final, a la Suecia de Liedholm, Gren, Hamrin y Skoglund. Y su último torneo sería el Mundial de 1962, en el que la verdeamarela volvería a ser campeona, con la misma plantilla. En la final derrotarían a la Checoslovaquia de Masopust. Esta seleçao era un equipazo que hacía un fútbol delicioso, de toque y ofensivo. Una auténtica delicia para el espectador. 

Didí fue una maravilla de jugador. Uno de los mejores del mundo en su puesto por aquella época y una gran leyenda de Brasil. Pero tenía un gran defecto, su falta de profesionalidad. El jugaba para divertirse, sin presiones y sin sacrificarse por el equipo. Por eso fracasó en Europa. El estaba hecho para jugar en Brasil, en el que podía andar a su antojo y tenía el estatus ganado con los años, para poder hacer lo que quisiera. 

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